En 1959 se casócon José Antonio Gacedo , un músico asturiano afincado en Madrid que tocaba el
saxofón y el acordeón . Juntos comenzaron un viaje que permitiría a Dolores conocer a importantes
figuras del mundo del espectáculo, vivir la evolución del circo desde sutaquilla -junto a las
carpas- y compartir penas y alegrías con todas las personas que conoció desde que por primera vez
pisara la pistadel Circo Price de Madrid.
Los que hacían soñar
Cuando este famoso circo abrió por primera vez sus puertasa Dolores , que comenzó a trabajar como
sastra, la pedrereña no podía imaginar que ella misma sería la encargada de abrir esas mismas
puertas a sus espectadores durante años.
Este circo teatro madrileño salía de tourné en marzo y hacía las veces de teatro fijo y de
variedades al llegar laNavidad. «Ese primer año (1960) me quedé sola mientras mi marido se fue a
trabajar con la orquesta del circo. Cuando volvió le dije que la próxima vez le acompañaría» ,
recuerda. Y así fue. Nunca más se quedó esperando. Ella misma acabaría formando parte de la historia
circense. Un mundo encargado de llevar la ilusión y la alegría en una España ensombrecida por la
pobreza de esos años.
Dolores apenas gasta unas palabras para hablar sobre las vivencias duras. La cara se le ilumina
cuando menciona con total normalidad las actuacionesde Paquita Rico, Lola Flores o Estrellita Castro
, espectáculos que sumaban grandes colas de espectadores. Recuerda como por entonces había lucha
libre en la pista del circo, y especialistas de todas las modalidades y naciones imaginables que
convivían como una gran familia.
Golpe de Estado en Líbano
Cuando apenas acaba de iniciar su andadura como trabajadora del circo, la compañía hizo un viajeal
norte de África en 1963 . Toda una experiencia para una joven de 30 años que apenas había salido de
supueblo. «Las autoridades de Túnez nos hicieron un recibimiento precioso en el aeropuerto ». Pero
lo que comenzó como un mes fantástico de actuaciones bien recibidas acabaría en una auténtica
aventura. El viaje a su siguiente destino, Líbano, se vio frustrado por un golpe deEstado. Por
entonces ella comenzó a trabajar también como acomodadora.
«Nos quedamos estancados unos cuatro meses», recuerda. Después aceptarían un contrato del gobierno
francés para ofrecer espectáculos a sus soldados enArgelia. «Íbamos siempre escoltados por un jeep y
varios camiones con soldados armados como escolta».
De las convulsas escenas que vivió en este periodo de la independencia argelina, o del posterior
viaje de más de 5.000 kilómetros que les llevaría por diferentes pueblos hasta el desierto del
Sahara y otra vez de vuelta a Túnez, Dolores prefiere destacar una única anécdota.
«Decenas de niños pequeños, los hijos de los artistas, correteaban y jugaban sin ser conscientes del
duro entorno con el que convivíamos. Eran de todas las nacionalidades que puedas imaginar:
españoles, rusos, alemanes, holandeses, italianos. En menos de un mes todos se entendían a pesar de
hablar idiomas diferentes».
Tras su vuelta a España, la vida de la pareja siempre estuvo vinculada al mundo del espectáculo. Su
marido como músico, ella como taquillera de casi media docena de circos que viajaron por toda España
y parte de Portugal. « Todo gracias a una pequeña caravana que compramos. Para mi ha sido la mejor
casa que haya tenido jamás», recuerda emocionada.
A un pequeño circo francés le seguirían el Circo Krone, el Circo Americano oel Gran Circo Mundial ,
donde trabajó durante 20 años. La lista de artistas famosos, conocidos y amigos, esinterminable:
Mary Santpere ; laacordeonista María Jesús ; todos los payasos famosos del mundo del circo;
Torrebruno o TeresaRabal. «Ahora miro atrás y mi vida me parece un sueño».