Las conversaciones y términos de la declaración conjunta que se anunció en el día de ayer suponen la
devolución a Turquía de todos y cuantos inmigrantes irregulares y refugiados lleguen a partir de
ahora a las islas griegas del Egeo. La UE cierra de golpe las puertas de sus fronteras a los
solicitantes de asilo en una medida, cuanto menos, de dudosa legalidad internacional. Aunque el
acuerdo no ha sido materializado, quedan clara las posiciones de los estados miembros que abandonan
a millones de ciudadanos sirios, iraquíes, afganos o eritreos que huyen de sus países ante un riesgo
inminente de muerte al estar sus estados en continuo estado de guerra. Iraquíes, afganos y otros no
podrán acceder a la lista de espera para ser aceptados en Europa quedando bloqueados en territorio
turco. Sus condiciones de acogida ya se habían endurecido, ahora se cierran.
Esto último es cuestionable: tanto Irak como Afganistán como Eritrea viven en sempiternos conflictos
bélicos, comparables al de Siria. Para la Unión Europea, sin embargo, es un quebradero de cabeza
menos. Uno grande: desde el 1 de enero, el 41% de las personas que han llegado a las playas europeas
(Grecia, fundamentalmente) eran afganas o iraquíes. En 2015, 300.000 personas provenientes de ambos
países solicitaron asilo en estados miembros.
Desde el Ayuntamiento de Pedrera se considera que este acuerdo condena a los refugiados a una
situación sin salida y a huir de sus países en condiciones deplorables e inadmisibles en el s.XXI
que sobrepasan, en sobremanera, los derechos humanos fundamentales. Los líderes europeos "legalizan"
las devoluciones en caliente sonrojando a la europa de la solidaridad y de los pueblos.
Esta no es la Europa que queremos construir. No es la Europa de la solidaridad y la fraternidad a la
que la ciudadanía aspiramos; sino que se convierte en una Europa xenófoba, racista y cruel que está
condenando a personas que luchan por su vida a vivir a la intemperie ante las duran condiciones del
invierno europeo, a embarazadas a dar a luz en campos de refugiados sin ningún tipo de atención
médica o a recién nacidos a dormir en el barro; sin más salida que la muerte y el abandono.
El Ayuntamiento de Pedrera retira la bandera europea de forma indefinida mientras Europa siga
atentado contra los derechos humanos en materia de asilo y acogida de refugiados.